domingo, 13 de noviembre de 2011

Kino escribe Favores Celestiales



El otro libro, aparte del de Manje que cubrimos en el artículo anterior, que también nos hace la crónica de las expediciones en la Pimería Alta de Eusebio Francisco Kino, fue escrito por el misionero y lleva, completo, el larguísimo título, como era costumbre entonces, de:“Favores Celestiales de Jesús y de María Santísima y del gloriosísimo apóstol de las Indias, San Francisco Xavier, experimentados en las nuevas conquistas y nuevas conversiones del nuevo reino de la Nueva Navarra de esta América septentrional incógnita y paso por tierra a la California, en treinta y cinco grados de altura, con su nuevo mapa cosmográfico de estas nuevas y dilatadas tierras, que, hasta ahora habían sido incógnitas, dedicados a la Real Majestad de Felipo V, muy católico rey y gran monarca de las Españas y de las Indias,” aunque actualmente lo conocemos simplemente como “Favores Celestiales.” 

Felipe V de España
En su dedicatoria al Rey Felipe V, primer rey Borbón de España y sucesor de su último rey Habsburgo, Kino le propone que a toda esta región se le llame la Nueva Filipinas en su honor, haciendo derivar este nombre del de Felipe; ésto en segundo caso, ya que “si no es que vuestra real Majestad más guste … que estas nuevas conquistas … se decoren con el nuevo título de la Nueva Navarra … pues este nuevo reino de la Nueva Navarra americana podrá reunir otros más nuevos reinos cercanos que se están conquistando con los reinos ya conquistados, según y como el reino de la Navarra europea intermedia y une las coronas y reinos de Francia y España.“

Es decir, y empleando nuestro vocabulario moderno, le planteaba al rey que la Pimería Alta podía llamarse Nueva Navarra en recuerdo de Navarra, situada entre España y Francia, ya que Navarra había sido el origen de las nuevas  dinastías borbónicas, tanto francesa como española. En primer lugar, porque en Pau, Navarra,  había nacido Enrique IV de Francia,  primer rey Borbón de Francia; y en segundo, ahora también España se incorporaba a la dinastía borbónica con el ascenso de un tataranieto de Enrique IV al trono español, Felipe V.

Enrique IV de Francia
Pero además, esta referencia de Kino era halagueña en otro sentido a los oídos del primer rey borbón español, ya que también le hacía recordar los esfuerzos globalizantes de su tatarabuelo Enrique III de Navarra y IV de Francia, debido a que al igual que Enrique IV  había impulsado el comercio francés con el Lejano Oriente, ahora Felipe V de España podía convertir a la Pimería Alta en puente comercial entre Europa y Asia.  

Kino escribiría otras obras más, unas conocidas nuestras y otras más que se han perdido y tal vez se encuentren traspapeladas en algún archivo. Entre las primeras está su crónica de la vida del Padre Saeta, mártir de Caborca, que conocemos como “Inocente, Apostólica y Gloriosa Muerte;” así como el otro texto, el único que fuera impreso en vida del misionero y que causara el enojo de Don Carlos de Sigüenza, y que conocemos como “Exposición Astronómica de el cometa…”  Pero hubo otros manuscritos más de nuestro misionero que hoy han desaparecido, aunque Kino los señala. Entre éstos se encuentra el que menciona en una carta escrita en febrero de 1702: “El tratado de la California Baja, intitulado Novae Carolinae, porque con los tan católicos gastos de Don Carlos II se emprendió esa conquista, ya está escrito.” Además, en la dedicatoria de Favores Celestiales escribió lo siguiente: “Otro pequeño tratado intitulado “Manifiesto Cosmográfico de que la California no es isla sino península, y continuamente con esta Nueva España, acabándose el seno califórnico en 35 de altura,” lo acabo de escribir, y, con su mapa, lo remito a México al Padre Provincial Juan de Estrada, que su reverencia me lo pide.” De este otro texto tampoco se conoce su paradero.

Tanto en el título de Favores Celestiales como en las diversas menciones que hace en su texto de la unión entre Sonora y Baja California, originalmente Kino había escrito que su latitud se encontraba en los 32 grados, lo que se acerca a la realidad, ya que fallaba apenas en unos 40 Km. Sin embargo, algún suceso desconocido de nosotros ocurrió durante los últimos años de la vida del misionero, hecho que le llevó a cambiar esa latitud, tachándola en todas las ocurrencias del manuscrito y la reemplazó por 35 grados; es decir, un error de aproximadamente 360 Kilómetros.

Favores Celestiales es un libro que carece de cohesión histórica, porque fue escrito con la meta de publicitar lo logrado en las misiones y para conseguir más misioneros. Consta de cinco partes, la primera escrita a fines de 1699, comprende hasta ese año; la segunda cubre hasta los sucesos de 1702 y la tercera hasta 1704. La cuarta parte cubre hasta finales de 1706, aunque fue dedicada en 1708; y finalmente, la quinta parte fue dedicada en 1710, o sea un año antes de la muerte del misionero, y aunque originalmente no se planeaba su inclusión en Favores Celestiales, finalmente sí lo fue, mientras que el libro no conocería la imprenta sino hasta el siglo XX, primero cuando Herbert Eugene Bolton lo publicó en Inglés en 1919, y después en Español con la edición de 1923, que fuera iniciada en 1913 por Francisco Fernández del Castillo.

Esta es la herencia textual de Eusebio Francisco Kino, es la crónica de sus logros y de sus afanes, es la manifestación de los procesos mentales de aquel misionero que, formado académicamente en Europa, había sido destinado a nuestra región para incorporarla al catolicismo así como a la fórmula de existir de este ser humano mestizo, moderno, fronterizo.

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